La cosificación representa a una persona como un objeto, como una cosa que puede ser usada. Algunas empresas (o sus agencias) han reducido en su publicidad a la mujer a un sentido únicamente físico en donde se la considera como un objeto utilizable para atraer consumidores, ignorando su dignidad, despersonificándola y convirtiéndola en un objeto que ayuda a vender un producto desde perfumes, hamburguesas, bebidas…
La agencia Badger&Winters ha creado la iniciativa #WomenNotObject donde recogen los malos ejemplos de cosificación de la mujer en la publicidad. Viéndolos todos juntos resultan alarmantes. El problema es que cuando estás expuesto a estos mensajes de forma independiente no los percibes de forma tan preocupante y se introduce en nuestras experiencias como algo normal. Una contra-publicidad para eliminar en la sociedad determinadas conductas.
Visto en No me toques las Helvéticas