LEGO es una marca de juguetes danesa, que es mundialmente conocida por sus bloques de plástico conectables. Aunque en los orígenes de la compañía, no solo fabricaba juguetes. A principios del XX, el fundador, Ole Kirk Kristiansen, era un maestro carpintero que se ganaba la vida construyendo casas y muebles para sus vecinos hasta que en 1924 la desgracia le sobrevino cuando se quemó su taller de carpintería. Entonces sus esperanzas pasaron por “reinventarse o morir”. Levantó un nuevo taller y amplió el negocio produciendo versiones en miniatura de los muebles que ya fabricaba.
La empresa siguió hasta que adquirió una máquina moldeadora que fue toda una revolución tecnológica, principalmente porque gracias a ella pudieron diseñar y fabricar gran variedad de juguetes de plástico. Pero el punto de inflexión que marcó el devenir de la compañía no llegó hasta 1949 con la invención del “Ladrillo de unión automática”. Se trata de la famosa pieza de plástico de cuatro y ocho pernos, que permitía construir infinidad de figuras y formas a base de encajar unas piezas con otras. Realmente estas piezas ya se fabricaban de forma muy rudimentaria con madera, pero lo que el entramado de pernos permitía, era que los bloques no se soltasen. Y esto era posible gracias al inyectado de acetato de celulosa en los moldes.
En 1951 Godfred decide usar un nombre que se le ocurrió a su padre hacía tiempo, también para sus productos. Hasta entonces el juego de bloques ya hemos visto que se llamaba “Automatic Binding Bricks” (Ladrillos de unión automática). Aunque realmente este ejercicio de cambio de marca correspondía a una búsqueda incesante de aumento de las ventas y de lucha contra los primeros plagios, motivo por el que empezaron a grabar el logo en todas las piezas.
Curiosamente el fundador de LEGO dio con este nombre mucho antes de inventar los famosos bloques conectables (cuyo naming viene de la abreviatura de dos palabras danesas: “leg godt”, que vienen a significar algo así como: “jugar bien”) y, sin que lo supiera, LEGO en latín significa “yo uno”. Ole también tuvo buena mano con el primer posicionamiento de LEGO, aterrizándolo en el tagline: “Sólo lo mejor es suficientemente bueno”.
Hasta 2004, LEGO ha estado gestionada por la familia Kristiansen y han sabido comprender muy bien las necesidades del mercado, creando una excelente cartera de productos. Desde El Pato LEGO en 1935, hasta la serie Duplo en 1969; pasando por El tractor Ferguson de 1951, la inversión en I+D+I ha sido una constante. Tanto Godfred, como su hijo Kjeld mejoraron y patentaron la fabricación de los bloques, buscaron materiales más sostenibles e inventaron nuevos juguetes que sacasen el máximo provecho a la producción industrial. El resultado de todo esto llegó en 1978, cuando crearon las primeras minifiguras con miembros articulados… germen de su actual mascota, llamada Max.
El mundo de las figuritas amarillas es un excelente marco en el que la empresa ha creado temáticas de juegos como: vikingos, piratas, castillos medievales, dinosaurios, ciudades, trenes… Pero ahí no acaba todo. Las alianzas comerciales que ha establecido la compañía han ido apuntalando un modelo de negocio que se está actualizando constantemente, ya que LEGO ha firmado acuerdos con sagas cinematográficas como Indiana Jones, Star Wars o Harry Potter, o más recientemente con la serie de televisión Big Bang Theory.
Con la llegada de las nuevas tecnologías, el universo LEGO ha seguido creciendo todavía más. Lo que para otros hubiera significado el cierre de la empresa, para ellos ha sido una oportunidad de negocio, ya que han sabido adaptar sus productos al mundo del videojuego e incluso del cine.
LEGO ha sido y es una referencia para muchas empresas. Hasta el punto que el gigante Google, tomó los colores de su logotipo de los bloques básicos del juego de construcción. Por todo esto, no extraña que LEGO haya sido elegido dos veces el juguete del siglo. Y pensamos que sigue siéndolo.
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