El estudio Ladyssenyadora no ha parado de experimentar hasta dar con la fórmula que les permitiera imprimir etiquetas elaboradas con tinta de vino. Tinta de Vi consiste en una serie limitada de 125 botellas de vino cuyas etiquetas se han impreso con una tinta creada artesanalmente a partir del propio vino.
«La idea de imprimir con alimentos planeaba sobre nuestras cabezas desde hace tiempo», explica Jordi Roca, quien confiesa que ya se habían planteado imprimir con «tinta de calamar», incluso «con tinta de sardina» en otros proyectos. «Antiguamente se imprimía a base de pigmentos elaborados con alimentos», asegura Jordi quien, por otro lado, explica que «encima de una pantalla de serigrafía puedes poner todo lo que quieras; otra cosa es imprimir». Estas etiquetas de tinta de vino huelen «a vino y a bodega», pero con un aroma atenuado.
El cromatismo es la otra cualidad que hace que las etiquetas de tinta de vino sean únicas. «El vino se oxida según la humedad, la temperatura, la luz… El sol va a su ritmo y eso deja su huella», lo que inevitablemente provoca que cada una de las etiquetas tenga su propio matiz burdeos. Un resultado es «increíble», «bello» y que además «vimos que funciona y que incluso tiene su relación Pantone», destaca Jordi.
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